top of page
Buscar

Pedro el Grande y el Marqués de Pombal, constructores de ciudades antes de la Revolución Francesa

ree

Pedro el Grande y el Marqués de Pombal parecen vivir en mundos distintos, pero comparten un rasgo poco común en la historia europea del siglo XVIII. Ambos viajaron, ambos observaron lo que faltaba en sus países y ambos regresaron decididos a construir una ciudad que fuera algo más que un lugar de gobierno. Pedro el Grande recorrió Europa a finales del siglo XVII, desde Londres hasta Ámsterdam, de los astilleros navales a los laboratorios científicos. Cuando volvió a Rusia fundó San Petersburgo en 1703, ciudad nacida de los pantanos del Báltico, con canales y palacios de inspiración europea, símbolo de una Rusia moderna y de un nuevo orden social.

Sebastião José de Carvalho e Melo, futuro Marqués de Pombal, también vivió en Londres y en Viena, y absorbió lecciones de disciplina administrativa, racionalismo económico y urbanismo moderno. Cuando el terremoto de 1755 destruyó Lisboa, aprovechó la catástrofe para levantar una capital desde la nada, con calles anchas, plazas geométricas y edificios estandarizados. La Baixa Pombalina nació como respuesta al desastre, pero también como manifiesto político de un poder centralizado y de una visión ilustrada.

San Petersburgo y la nueva Lisboa fueron ciudades creadas antes de la Revolución Francesa según ideas que anticipaban el espíritu de la Ilustración. Pedro obligó a los nobles a cortarse la barba y adoptar costumbres occidentales; Pombal impuso la supremacía del Estado sobre la aristocracia y el clero. Ambos generaron una revolución social que no se proclamaba como tal, pero que tuvo efectos profundos. Pocos lugares del mundo antes de 1789 expresan tan bien como estas dos ciudades la ambición de transformar la sociedad a través de la arquitectura y el espacio urbano.

Pedro el Grande, además de zar, gustaba de vivir como artesano y mezclarse con los trabajadores. Durante su estancia en Ámsterdam trabajó de incógnito en los astilleros navales, aprendiendo carpintería y técnicas de construcción de barcos. Era un hombre de contrastes, capaz de condenar con violencia a sus opositores y, al mismo tiempo, de entusiasmarse con el detalle de una herramienta. Su gusto por el conocimiento práctico marcó la propia fundación de San Petersburgo, que desde el inicio acogió academias de ciencias y artistas venidos de toda Europa.

El Marqués de Pombal compartía esa curiosidad aplicada. Fue él quien mandó instalar en Lisboa una de las primeras compañías de bomberos organizadas, resultado directo de las lecciones aprendidas del terremoto. También creó el primer sistema de seguros contra incendios de la capital y aplicó normas de construcción antisísmicas que todavía hoy impresionan. Además, tenía un claro sentido de la propaganda y sabía que la reconstrucción de la ciudad debía mostrar al mundo la fuerza del Estado portugués. Por eso hizo circular mapas, planos y relatos por toda Europa, transformando Lisboa en un escaparate de la modernidad que él mismo idealizaba.

Paulo Freitas do Amaral

Profesor, Historiador y Autor

 
 
 

Comentarios


© 2023 por O Artefato. Creado con orgullo con Wix.com

  • LinkedIn ícone social
  • YouTube
  • Facebook ícone social
  • Instagram
bottom of page