Lisboa, el Simbolismo Iniciático que Pombal Ocultó
- correio_da_historia

- 14 sept
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Lisboa no fue simplemente reconstruida tras el terremoto de 1755 — fue reinventada. La Baixa Pombalina se alza como un tablero de geometría perfecta, pero también como un enigma. Lo que parece racionalidad ilustrada puede leerse como un código de iniciación: plazas que se convierten en templos, calles que se transforman en ritos de paso y fachadas que ocultan discretamente apretones de manos y símbolos pertenecientes a un lenguaje secreto.
Sebastião José de Carvalho e Melo, el futuro Marqués de Pombal, no vivía aislado del mundo. En Londres, convivió con la aristocracia británica inmersa en la efervescencia de la masonería especulativa tras 1717. En Viena, como recuerda Braga Gonçalves en El Masón de Viena, asistió a salones donde diplomáticos, músicos y pensadores intercambiaban ideas ilustradas en ambientes sociales discretos. No es casualidad que Mozart, iniciado en 1784, inscribiera la masonería en su Flauta Mágica, reflejando la misma atmósfera cultural que rodeaba el círculo en el que se movía Pombal.
Carlos Mardel, el ingeniero húngaro que diseñó parte de la Lisboa reconstruida, es otra pieza esencial de este mosaico. Extranjero y formado en el corazón de Europa central, estuvo próximo a círculos masónicos y aportó conocimientos técnicos fusionados con una visión simbólica del espacio. Su huella, unida al espíritu reformista de Pombal, dio lugar a una ciudad que es simultáneamente moderna e iniciática.
Hoy, al atravesar la Praça do Comércio, pasar bajo el Arco de la Rua Augusta o observar los sutiles relieves de las fachadas, es posible entrever señales: apretones de manos que evocan rituales de fraternidad, ojos vigilantes, compás y escuadra discretamente inscritos como ornamentación. Para algunos, meros caprichos decorativos; para otros, pruebas del simbolismo que Pombal ocultó bajo piedra y cal.
Lisboa se convirtió así en algo más que una capital reconstruida. Es un libro abierto de símbolos, un espacio iniciático donde la racionalidad y el misterio se entrelazan. Quienes pasean por la Baixa sin saber ven calles; quienes conocen el lenguaje oculto atraviesan un templo.
Paulo Freitas do Amaral, Historiador y Autor





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