El accidente que dejó a Lisboa sin su elevador de la Gloria en 1915

El Elevador da Glória es uno de los iconos de Lisboa, uniendo desde 1885 la Praça dos Restauradores con el Bairro Alto. Su recorrido, aunque breve, transporta consigo más de un siglo de recuerdos, siendo testigo de la vida cotidiana y de la transformación de la ciudad. Pocos saben, sin embargo, que en 1915 sufrió un accidente tan grave que quedó parado durante casi una década.

El inicio del siglo XX trajo la modernización de los ascensores, con la electrificación sustituyendo la fuerza de la gravedad y el contrapeso movido por agua. Fue en ese contexto cuando ocurrió la desgracia. Las obras de adaptación no se llevaron a cabo sin riesgos, y un accidente de gran magnitud obligó a la suspensión inmediata del servicio. El episodio, descrito por la prensa de la época como aparatoso, marcó profundamente a los lisboetas, acostumbrados al constante ir y venir de los coches amarillos por la colina.

Durante años, la ausencia del elevador fue sentida como una herida abierta en el corazón de la ciudad. Los vecinos y comerciantes de los alrededores lamentaban la pérdida de un medio de transporte que facilitaba la conexión entre dos mundos urbanos tan diferentes: la sofisticación de la Baixa y la bohemia del Bairro Alto. El silencio de los raíles se convirtió en metáfora de una Lisboa suspendida entre tradición y modernidad.

Solo en 1923, tras la insistencia del Ayuntamiento de Lisboa, la Companhia dos Ascensores fue obligada a concluir las obras y devolver el elevador a la ciudad. Su reapertura no borró la memoria del accidente de 1915, que permanece como un episodio sombrío en la historia de este símbolo lisboeta.

El recuerdo de ese momento adquiere hoy nueva relevancia, en un tiempo en que Lisboa vuelve a enfrentarse a un accidente trágico en el mismo elevador, esta vez con víctimas mortales, recordándonos que la historia también se escribe con episodios de dolor.

Paulo Freitas do AmaralProfesor, Historiador y Autor